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ENTREVISTA MARTA (ALUMNA APROBADA OEP2021/22)

(diciembre 2024)

Salva: Empezamos con una pequeña presentación personal, un párrafo de quién eres para situarnos un poco.

 

Marta: Soy Marta, tengo 30 años, terminé arquitectura hace unos 4 años y, después de acabar la carrera, me fui a trabajar directamente a Suiza. Luego volví a España, trabajé en un estudio en Madrid y, después de un tiempo, empecé a opositar.

 

Salva: ¿Cómo fue tu primer contacto con la oposición? ¿Cómo descubriste que existía?

 

Marta: La descubrí buscando en Internet oposiciones para arquitectos. Estaba en Suiza y tenía claro que quería volver a España sí o sí, pero no sabía cómo hacerlo. Veía que las condiciones laborales de mis amigos aquí eran mucho peores de las que yo tenía allí. . Y así, encontré que existían oposiciones para arquitectos.

Pero quería seguir ejerciendo como arquitecto y conseguí trabajo en Madrid en uno de los estudios más grandes de España.

Allí estuve muy contenta, pero no conseguía un contrato estable. Siempre eran contratos de seis meses, y hasta la semana antes no me confirmaban si me lo renovaban.

En una de esas veces, cuando no sabía si me lo renovarían, me llegó un correo (en mi búsqueda en Suiza me había inscrito a vuestra lista de difusión) diciendo que había la máxima oferta pública para arquitectos de Hacienda, y pensé: “Es el momento”.

Además, mi novio es técnico de Hacienda, así que conocía su situación y la comparaba con la mía. Decidí que quería eso para mí. La decisión fue muy rápida, de una semana a otra. Y lo tenía muy claro: si empezaba, era para ir a tope a la primera convocatoria.

 

Salva: ¿Qué te animó a preparar la oposición con nosotros? ¿Hubo algo en particular que te convenció?

 

Marta: Tuve muy claro que prepararía con vosotros en cuanto me informé.  Me gustó mucho que ofrecierais los apuntes resumidos, porque me permitían ser súper eficiente.

Luego, el sistema de cante y los temas en cuatro caras me pareció ideal, porque tengo mucha memoria visual y eso me ayudaba mucho. Fue como: “Esto es lo que necesito”.

También me convenció que las tutorías fueran individuales. Poder cantar yo sola con mi tutor era un punto clave para mí.

 

Salva: Genial, muy bien. ¿Y durante la preparación de la oposición tuviste alguna rutina semanal fija?

 

Marta: No, nunca llegué a tener una rutina como tal. Alicia me iba marcando un ritmo semanal y me organizaba el día por objetivos que cumplir más que seguir una misma rutina todos los días. Además, al principio iba muy mal de tiempo para llegar a todos los exámenes, y Alicia me lo decía. Pero cuando la convocatoria se retrasó y vi que podíamos aprovechar ese tiempo extra, ella también cambió el discurso. Pasamos de “vamos muy justas” a “sí que llegamos”, y eso me dio mucha confianza.

 

Salva: Qué bien. Esa mentalidad de aprovechar cada retraso es clave. Al final, si ya has hecho el esfuerzo inicial, todo tiempo extra es un regalo.

 

Marta: Sí, aunque también te digo que empecé un poco “engañada” en la oposición. No era del todo consciente de lo que suponía. No sabía cuántos exámenes había ni cómo era realmente el proceso. Recuerdo que te llamé y te pregunté: ”¿Qué es eso de la oferta pública?”. No tenía ni idea.

Pero creo que, en mi caso, esa ignorancia me vino bien. No me asusté al principio y pude ir con una mentalidad muy fuerte, pensando que podía aprobar a la primera. Si hubiera sido más realista, quizás me lo habría pensado más.

 

Salva: Es curioso porque, aunque empezaste “a ciegas”, esa mentalidad fue lo que te hizo ir a tope desde el principio. Al final, aprobaste a la primera.

 

Marta: Sí, sí. Es un poco como lo que dicen: “Primero te lo crees y luego sucede”. Yo me lo creí desde el principio, y gracias a eso conseguí aprobar.

 

Salva: Muy bien. ¿Y cuál dirías que fue la parte más dura de la oposición para ti?

 

Marta: La incertidumbre, sin duda. Pero, sobre todo, después de cada examen. La sensación de no saber si has aprobado y tener que seguir estudiando para el siguiente como si lo hubieras hecho.

Por ejemplo, después del segundo examen fue horrible. Estaba convencida de que había suspendido, y tener que seguir estudiando creyendo eso fue lo más duro. Al final, aprobé, menos mal. Pero el tercer examen lo preparé mucho más justa porque ya no estudié igual.

 

Salva: Sí, eso es lo que comentábamos. La incertidumbre entre exámenes es muy difícil de gestionar, porque, aunque te haya salido bien, siempre tienes dudas.

 

Marta: Totalmente. El cuarto, que era justo después de Navidades, estuve todo ese tiempo estudiando, sin celebrar la Navidad y sin saber si había aprobado el tercero. Eso fue durísimo. Estás todo el tiempo con la cabeza en ”¿para qué estoy haciendo esto si igual he suspendido?”.

 

Salva: Claro. Y dentro de los exámenes, ¿cuál te pareció el más difícil?

 

Marta: El cante, sin ninguna duda. Al principio era el que más miedo me daba, porque eso de estar una hora delante de un tribunal hablando me parecía terrorífico. Pero precisamente por eso empecé a prepararlo muy fuerte desde el principio. Al final, fue el examen en el que iba más segura porque llevaba bien los temas pero también en el que más nerviosa me puse por lo que me estaba jugando y sentí que lo hice fatal. Pero aprobé, que es lo importante.

En cambio, el tercer examen era el que más me preocupaba. Los prácticos son muy imprevisibles: por muy bien que los lleves, nunca sabes qué te pueden poner, y siempre te pueden pillar con algo.

 

Salva: Sí, es verdad. Los prácticos nunca tienen fin, por mucho que te prepares siempre hay sorpresas.

 

Marta: Exacto. En los exámenes teóricos, si los has estudiado bien, te los sabes. Aunque el temario sea enorme, es abarcable. Pero con los prácticos siempre hay ese factor sorpresa que hace que te sientas más inseguro.

 

Salva: Y bueno, una vez aprobada, ¿qué piensas que fue lo que te hizo conseguirlo? ¿Hay algo que digas “esto fue determinante”?

 

Marta: No creo que haya un hito concreto. Para mí, fue un conjunto de cosas. Pero si tengo que destacar algo, diría que fue por lo bien estructurados que estaban vuestros apuntes y los resúmenes. Fueron la clave de que pudiera avanzar tan rápido y aprobar a la primera.

Además, el práctico me salió bien porque los materiales estaban muy claros y rápidos de buscar. Si seguías lo que explicabais en clase y no intentabas complicarte, te salía bien.

Por otro lado, Alicia fue como mi psicóloga personal durante esos dos años. Hablar con ella todas las semanas, que me entendiera porque ella también lo había vivido, me ayudó muchísimo.

 

Salva: ¿Y tu mentalidad crees que influyó? ¿Esa decisión clara de ir a por todas?

 

Marta: Sí, totalmente. Desde el principio, tenía claro mi objetivo: aprobar. Nunca me planteé la opción de dejarlo o suspender. Es que, para mí, suspender no era una opción. Claro que existía la posibilidad, pero yo no la contemplaba.

Solo de pensar en tener que repetir otro año más, eso me hacía estudiar más. Esa determinación fue clave.

 

Salva: Es que esa mentalidad lo cambia todo. Ir con esa idea de que hay que intentarlo al máximo.

 

Marta: Claro, es que te lo tienes que creer y cuando llegan las primeras notas y ves que vas superando fases, eso también te da un subidón. Es como: “Estoy en la carrera, estoy aquí”.

Esquemas cante último examen

Salva: Muy cierto. Y una vez ya en el proceso, ¿qué consejo les darías a los compañeros que siguen preparando?

 

Marta: Que nunca se salten una tutoría, aunque crean que llevan el tema mal o no lleven nada. Que se conecten y lo intenten cantar, aunque sea un cuarto de tema. Es mejor que nada. Si no lo haces, puedes entrar en un bucle de inseguridad y empezar a agobiarte. Así que es mejor ir, aceptar lo que llevas esa semana, y defenderlo lo mejor posible.

 

Salva: Muy buen consejo. ¿Y para aquellos que se están planteando si empezar a preparar la oposición?

 

Marta: Les diría que si deciden hacerlo, que lo hagan a tope. Nada de medias tintas. Aunque trabajen, porque mucha gente de mi promoción ha compaginado la oposición con el trabajo. Pero tienen que tener claros sus objetivos. Si lo van a hacer, que sea con la mentalidad de ir a por todas. Si no lo tienen claro, mejor no empezar, porque van a sufrir más que otra cosa.

 

Salva: Muy bien dicho. Y bueno, ¿cómo fue el momento de aprobar? ¿Cómo te enteraste?

 

Marta: Fue una mezcla de no me lo creo, alivio y felicidad. Miré la lista como cinco veces para asegurarme. En ese momento fue increíble, pero también es verdad que después me dio como un pequeño bajón.

Creo que fue una mezcla de toda la tensión acumulada durante el proceso. Me sentí un poco rara, como vacía. Pero se me pasó rápido porque, justo a la semana siguiente, ¡decidimos casarnos! Así que entre preparativos de boda y todo, la felicidad absoluta volvió enseguida. Fue un cambio de etapa total.

 

Salva: ¡Qué bien! Un cambio de vida en toda regla.

 

Marta: Sí, sí, me ha cambiado la vida completamente.

 

Salva: Y ya para cerrar, con tu experiencia, ¿recomendarías estudiar la oposición de Arquitecto de Hacienda?

 

Marta: Sí, sin duda la recomendaría. Las ventajas de ser funcionario son evidentes, pero además, el trabajo no es solo de oficina como yo pensaba al principio. Puedes acabar en puestos más relacionados con la arquitectura: ver obras, proyectos, hacer seguimientos…

Así que si alguien piensa: “No oposito porque me gusta la arquitectura”, que sepa que dentro de la administración también puedes seguir conectado con la arquitectura, aunque desde otro enfoque.

Y además, creo que estudiar la materia de la oposición te hace entender mejor cómo funciona todo. A mí me ha gustado tanto que, de hecho, me he apuntado a Derecho en la UNED. Creo que me ayudará mucho en mi trabajo y en mi vida personal.

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