top of page

ENTREVISTA YVONNE (ALUMNA APROBADA OEP2021/22)

(diciembre 2024)

Salva: Empezamos con una pequeña presentación personal, lo que quieras contarnos para conocerte un poco.

 

Yvonne: Bien. Me llamo Yvonne Cifrián, estudié arquitectura en San Sebastián y lo hacía yendo y viniendo en autobús desde Bilbao. Eso creo que me marcó, porque no fue fácil. Es una carrera que requiere mucho tiempo y dedicación, pero lo saqué adelante, en tiempo y bien.

Empecé a trabajar antes de acabar la carrera y, cuando terminé, me vine a Madrid, donde estuve casi tres años. Después volví a Bilbao y desde entonces he estado trabajando allí.

 

Salva: ¿Cómo descubriste esta oposición? ¿Cuál fue tu primer contacto con ella?

 

Yvonne: Esta oposición en concreto no la conocía. Fue en 2013, en plena crisis inmobiliaria. En Bilbao la situación estaba complicada, así que empecé a investigar qué opciones había y la descubrí por Internet.

En ese momento había congelación de plazas, apenas sacaban 5 al año, y me pareció inviable dejar el trabajo para irme a Madrid a estudiar algo con tan pocas plazas.

Años después, seguí la pista de la oposición y vi que el número de plazas había crecido y que había continuidad en la oferta, algo que para mí es importante. Conocía casos de congelación de oposiciones a la AGE durante varios años y lo durísimo que resultó. Al ver que esto tenía continuidad, decidí lanzarme.

 

Salva: ¿Y qué te animó a preparar la oposición con nosotros?

 

Yvonne: Principalmente, que podía seguir trabajando mientras estudiaba y hacerlo online. Mis horarios eran complicadísimos, así que tuve que buscar soluciones bastante imaginativas. Al principio, cantaba los temas al mediodía, pero luego, con Alicia, como estaba en Canarias, ya los cantaba por la noche. La diferencia horaria ayudaba bastante.

 

Salva: ¿Cómo era tu rutina semanal durante la oposición? ¿Tenías huecos fijos?

 

Yvonne: Mi rutina era dedicar todo el tiempo libre que tenía a la oposición. Hasta el punto de ir cantando temas en el coche mientras conducía. Tardaba unos 30 minutos en llegar al trabajo, así que aprovechaba ese tiempo para repasar. Me decía: “Venga, tema 3 de Catastro”, y lo soltaba. Eso te da mucha capacidad de reacción porque conduces, pierdes el hilo y lo recuperas al instante.

Por las tardes trabajaba hasta las 8. Los lunes, directamente aparcaba y me conectaba para cantar los temas a las 9:15. Los escritos los hacía a mediodía y los enviaba por la noche. Y el resto de la semana, estudiar, estudiar y estudiar.

Los domingos tampoco descansaba, porque aprovechaba las vacaciones y cualquier hueco que tuviera. Iba siempre al límite. Llegué a ir a exámenes saliendo de trabajar, conduciendo hasta Madrid por la noche y durmiendo lo justo.

 

Salva: ¿Y qué parte te pareció más dura de la oposición?

 

Yvonne: Sin duda, no tener ni medio minuto para nada. Todo estaba estructurado al milímetro para aprovechar el tiempo. Me acuerdo especialmente del segundo examen, que fue en septiembre. Todo el mes de agosto fue estudiar sin parar. Además, tenía que dejarlo todo preparado antes de empezar a trabajar en septiembre, porque después quedaban solo dos semanas para repasar.

 

Salva: ¿Y hubo algún examen que te pareciera especialmente difícil?

 

Yvonne: El primero, sin duda. Escribir durante dos horas a tope, sin parar, estructurando bien todo y sacando el máximo posible. Además, la criba principal está en ese examen. El temario es de derecho, algo que no hemos visto porque somos técnicos. Enfrentarte de repente al derecho civil o al administrativo, cuando tus conocimientos de derecho son básicos, fue complicado.

 

Salva: ¿Cuál crees que es el secreto para seguir intentándolo, aunque una convocatoria no salga bien?

 

Yvonne: Mucha confianza en lo que estás haciendo. Saber dónde estás y si te ves cerca o lejos del objetivo. También tener confianza en quién te prepara y mantener una estructura muy clara. Es clave fijar bien los conceptos desde la primera vuelta. Si no, arrastras errores y al final se hace una bola.

Es fundamental tener una visión global de la oposición, porque al principio estás un poco perdido. Cuando vuelves a repasar un tema meses después, debe ser algo familiar, no una sorpresa.

 

Salva: ¿Qué piensas que fue lo que te hizo conseguir aprobar?

 

Yvonne: Muchas ganas de avanzar y de dejar atrás una etapa difícil. Saber que esto te abre oportunidades distintas. También fue clave mantener la cabeza fría y tener el apoyo de mi familia, que ha sido fundamental.

Estás trabajando, estudiando, y prácticamente dejas de existir para los demás. Eso supone un sacrificio no solo para ti, sino también para los que están a tu alrededor.

 

Salva: ¿En qué crees que te pudimos ayudar al hacer la preparación con nosotros?

 

Yvonne: Creo que fue clave estar bien acompañada en las tutorías semanales. Es importante encontrar un equilibrio entre el esfuerzo que tienes que hacer y cómo vas avanzando, porque de nada sirve llevar cuatro temas si los llevas mal. Siempre era un proceso de ir a más: si podías llevar cuatro temas, llevarlos bien; y si podías avanzar a cinco, mejor.

Luego, para mí fue fundamental lo ordenado que es todo en la Academia. Yo también soy muy ordenada, y tenerlo todo estructurado y organizado me ayudó mucho.

Cada uno tiene sus trucos, ¿eh? En mi caso, trabajaba mucho con colorines. Cada color tenía un significado y, sobre todo en los prácticos, me ayudaba a ir muy rápido. Y es que en un examen práctico el tiempo siempre juega en tu contra, es una carrera contra el reloj. Si te dejaran todo el tiempo del mundo, sería otra historia.

 

Salva: ¿Y qué consejo le darías a los compañeros que siguen preparando?

 

Yvonne: Les diría que, en oposiciones como estas, donde se respeta realmente el principio de mérito y capacidad, es una cuestión de luchar contra ti mismo. Si has hecho una carrera de arquitectura, tienes las herramientas: la capacidad de estudio, sacrificio y organización.

Al principio parece imposible. Yo misma decía: “¿Cómo voy a memorizar todo esto si no memorizo desde los 16 años?”. Pero al final, la memoria es como un músculo que entrenas y machacas, y lo consigues. Lo que parecía imposible se vuelve posible con el tiempo y esfuerzo.

 

Salva: ¿Y qué consejo le darías a los que, además de trabajar, se plantean preparar la oposición?

 

Yvonne: Primero, hay que entender que a veces tener mucho tiempo puede ser contraproducente. La clave es la organización y rentabilizar cada minuto.

Por ejemplo, en mi caso, para el oral, tuve que saltarme el orden normal de estudio. Recuerdo que fue en el puente de diciembre y decidí centrarme en el bloque de impuestos. Era el único momento en el que podía machacar las leyes porque tienen una estructura similar. Hay que ser muy consciente del tiempo que tienes y aprovecharlo al máximo.

Al final, el objetivo es llegar al examen con todo lo posible preparado y decir: “Me toque lo que me toque, estoy lista para pelearlo”. Es ser práctico y realista.

 

IMG-20241224-WA0040.jpg

Salva: ¿Y cómo fue ese momento de saber que habías aprobado?

 

Yvonne: Fue increíble. Me pilló conduciendo cuando me lo dijeron. Mi reacción fue de liberación total: “¿En serio? ¿Se ha acabado de verdad?”. Fue una sensación de alivio y de empezar una nueva etapa con otros retos y condiciones.

Ahora sé que voy a conocer gente nueva, que el trabajo puede ser muy distinto o no. Igual tengo la suerte de verlo desde otra perspectiva, porque en mi vida profesional ya había estado en la dirección facultativa de obra pública, y ahora puede que lo vea desde el lado de la administración. O quizás toque algo totalmente diferente. Es un reto, y los retos siempre motivan para avanzar y mejorar.

 

Salva: Totalmente. ¿Y entonces si crees que ha merecido la pena?.

 

Yvonne: Exacto. Una oposición es uno de los retos más duros que puedes afrontar porque no hay garantías. Es verdad que merece la pena sin duda si te aseguraran que vas a aprobar, pero precisamente lo complicado es que no lo tienes garantizado. Eso lo cambia todo.

 

Salva: ¿Y ha cambiado mucho tu vida desde que aprobaste?

 

Yvonne: Sí, sin duda. Salir de una situación que querías cambiar ya es un gran paso. Es cierto que te pone todo patas arriba, porque te obliga a reorganizar tu vida. Cuando empecé a opositar, sabía que siendo de Bilbao, quedarme allí era complicado porque apenas hay plazas. Pero también sabía que, aunque tuviera que irme a cualquier parte de España, sería una experiencia positiva.

Al final, todo depende de la mentalidad. Puedes estar en el mismo sitio con dos personas diferentes: una con mentalidad positiva  y otra negativa. La primera acaba feliz y agradecida; la segunda, amargada. Todo está en cómo te plantees las cosas.

 

Salva: Para cerrar, ¿recomendarías estudiar la oposición de Arquitecto de Hacienda?

 

Yvonne: Sí, sin duda. Creo que son las únicas oposiciones estatales para arquitectos, y los principios de igualdad, mérito y capacidad me dieron mucha seguridad. Saber que todo dependía de mí, de ir lo mejor preparada posible, y que al final eres un número con un mérito asignado, eso me parece genial.

bottom of page